
Toda tu sed y tempestad,
tu historia toda,
y tus sueños más antiguos,
y tu frescura que me enciende;
y la esperanza resignada,
y tu pasado y tu mañana,
la triste canción olvidada,
y tu alegría que me entiende.
Licor que me embriaga,
es toda tu calma de mar plana
que acaricia mi orilla
y se duerme
entre el cielo de mis manos
y la playa
de este pecho enamorado.
A.L.
IX-XI-VIII/XVII.XX