lunes, 30 de noviembre de 2009

Alegría prestada




ROMPO EL VOTO DE SILENCIO PARA UNIRME, AUNQUE SEA POR UN RATO, A ESTE FESTEJO IMPARABLE.
ES QUE EL RÍO TRAE OLAS DE ALEGRIA, ES QUE HOY EL VIEJO RÍO QUE NOS UNE, HUELE A ESPERANZA NUEVA.
ES QUE A FALTA DE ALEGRÍAS PROPIAS, QUÉ BELLAS SON LAS ALEGRÍAS DE LOS HERMANOS, Y QUÉ FALTA QUE NOS HACEN.
UN ABRAZO EMOCIONADO DE ESTE GOLIARDO AGOTADO, A QUIEN EL FESTEJO VECINO LE DEVUELVE LA SONRISA OLVIDADA. ¡SALUD!
Y A SEGUIR TRABAJANDO...

lunes, 16 de noviembre de 2009

Voto de silencio





Carlos Gardel diría "no me lloren, crezcan", aunque confieso que dudo de la autoría, a falta de mayores datos. Lo cierto es que en este caso hago mías las palabras del Zorzal Criollo, aunque sea sólo para decir que no voy a dar tiempo ni a llorar ni a crecer, ya que volveré en un par de semanas, aunque no me voy a ninguna parte: simplemente me "encierro" a corregir. Sé que el mundo será el mismo sin mí, y la vida universal continuará, pero nunca falta quien se preocupa por las ausencias.
Pero si alguno pensaba que se iba a librar fácilmente de mí, pues no, pasaré, pasaré por vuestros blogs para despejar por un rato mi mente y ver en qué andan, leeré comentarios furtivamente, entre examen y examen, entre monografía y monografía, pero lo haré en silencio, los saludaré desde la ventana, ya que si me quedo, ustedes saben que no soy breve, me ofrecen un vaso de agua o unos mates, y no me voy más. Y para colmo, hablo hasta por los codos, para qué negarlo. Pero es claro que uno también necesita el refresco de la palabra ajena, por eso, pasearé en silencio por vuestra ventana. Sólo véanme pasar, si lo desean, como a un fantasma de la siesta, que una tarde cualquiera vuelve a despertar.
Y en cuanto a esta entrada, está condenada a la extinción, ya que es un mero cartelito. Quienes quieran dejar comentario, péguense una vuelta por acá abajo, en "Acuarela" o donde quieran. Créanme que serán bienvenidos, respetando este voto de silencio. Serán un auténtico recreo, o caso contrario, sabré entender que quieran descansar, por qué no, de mí.


Un gran abrazo para todos de este fantasma siestero, de este Goliardo en clausura momentánea.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Acuarela



Llueve sobre la ciudad. Empapado en Agüero y Corrientes, Federico se levanta las solapas del saco inútilmente, y contempla corrientes de agua en los cordones, y las botellas de plástico bailando atascadas en las bocas de tormenta, bajo el aguacero. “Esquina de la ironía”, piensa Federico sabiendo que Carla no vendrá, nunca más vendrá, y entonces le mandó para él ese mensaje de diluvio, más elocuente que cualquier frase dicha o escrita. Es inútil llorar bajo la lluvia.


Diluvia en Buenos Aires. Diego, su sobrino, corre, doce cuadras más abajo, hacia el bajo. Corre por Corrientes, y el agua furiosa lo corre a él ¿Cómo le explica a su mamá que la lluvia lo sorprendió a la salida de los videojuegos, si se supone que estaba en lo de Claudio, haciendo la tarea? Es inútil mentir cuando estamos mojados.


En Thames y Gorriti cae un árbol que esperó cuarenta años para morir sobre la acera, abrazado a un auto, que esperó catorce años para salir aplastado en la tapa de los diarios. Y Miguel, tan insensible, pensando que el seguro no lo cubre, maldiciendo a la tormenta bajo la tormenta, con la desolada llave del auto siniestrado en la mano y la gente que pasa corriendo a su lado. Es inútil correr bajo el agua.


La lluvia golpea la ventana de Laura, cinco pisos más arriba, mientras abre el sobre que confirma su embarazo. Será mío, se repite, sólo mío, mientras ignora que un árbol agoniza en la calzada. No piensa decirle a Hernán, el que se fue hace días, cuando el sol de fuego pedía lluvias que le lavaran la cara, y ella se quedó abrazada a su espanto. Es inútil huir de las tormentas.


Llueve sobre la ciudad. En aquel bar, a pocas cuadras, escenario de antiguos y recientes encuentros clandestinos, Carla y Hernán festejan, refugiados, la gloria de no esconderse nunca más. No es inútil refugiarse en la borrasca, se dicen con la mirada, ignorando que celebran el comienzo de ese amor tan mal nacido.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Poemita zonzo a la anónima alegría de vivir




A Marisa Peña, con cariño y admiración.

 Somos gente del montón,
uno más del pasamanos,
con rostros descascarados,
que nunca máscaras son;
uno más de tantos ceros,
de la fila, de la lista,
auténticos desgarrados,
callados, pensantes, quedos,
metidos dentro de un sueño
silencioso e invisible;
ciegos, mudos, luminosos,
cuya chispa no traspasa
agujeros imposibles.


Somos nada entre la nada,
somos todo en nuestro mundo,
nos reímos de la muerte
y por dentro la lloramos,
abrazamos la belleza,
que nos da vuelta la cara.


Vamos oliendo, vamos mirando,
vamos gozando, vamos vibrando,
vamos ajenos, casi alienados,
vamos insulsos, vamos callados.


Fuimos los más raros de la clase,
somos los más nadies de la calle.


Y nos quejamos, somos amargos
y contagiamos nuestra amargura,
aunque una sola cosa es segura:
lo disfrutamos, nos divertimos,
y nos inquieta buscar la forma,
de gozar más de esta vida corta.

Sufrimos por los que sufren,
gozamos pequeñas glorias,
soñamos un mundo bueno,
para propios, para ajenos,
peleamos en mil batallas,
ardimos en mil hogueras,
y aunque vivimos cansados,
siempre estamos renaciendo.

Nuestros sueños son tan breves,
gigantesca es nuestra hazaña,
sabor del pequeño logro,
manjar de las emociones,
bebemos de las pasiones ,
sufrimos las decepciones;
relinchamos como potros
cuando sufre algún hermano,
y allí vamos, relucientes,
a sacarles sus gusanos.


Somos nadie, aunque sabemos
que en la nada siempre hay mucho,
nos gusta encontrar tesoros
ocultos en basurales,
nos sentamos en umbrales
a gozar de lo que pasa,
y a viajar por todo el mundo
en la puerta de tu casa.


Somos gente del montón,
uno más del pasamanos,
que vivimos con la euforia
de abrazarnos entre hermanos.


A.L., X-XI-IX


Este poema es un "estreno en simultáneo" con La Cofradía para una propuesta de este querido blog abierto y colectivo. Lo reproduzco también en este espacio para asegurarme de que lo lea Marisa Peña, querida y admirada cófrade, y para compartirlo con los amigos en común aquí y allá. Espero hacerte llegar, querida Marisa, un poco de primavera rioplatense a tu otoño madrileño, que aunque sea melancólico, sabes vestir de belleza con tus palabras.








domingo, 1 de noviembre de 2009

Inercia inerte



¿Será posible salirse de la atrofia
del vacío de los años huecos,
de tantos días de ilusiones secas,
de tantos siglos de venas y serpientes
que devoran y anudan la garganta?


Con las manos enredadas,
y la boca cicatriz
de un viento de horrores
mudos e invisibles
¿Será posible enderezarse
y caminar entre las llamas,
con el grito apagado,
las ganas devastadas,
los sueños traicionados,
los abrazos a la nada,
pegadas las ausencias,
atorados los silencios?


Con la frente marchita,
con la frente espantada.


Porque la poesía es a veces un dardo certero que se clava en el alma, porque a veces es desagarro y otras vuelo, quiero dedicar este poema a Claudia Isabel, que tanto sabe de estas cosas, y tan bien las pone en palabras.


Ilustración: aaaahh 2, de J.Jesús Fernández