domingo, 18 de noviembre de 2007

Primer día del séptimo día


En especial,
a los amigos que están lejos,
que supieron hacer de éstos
los días más felices.


Díganme que no es domingo,
que los pájaros no se arrojan en picada
de los árboles, para reventar
contra la tierra seca y resquebrajada;
que el recuerdo no huele a ausencias
y que mañana el show no sigue
como si nada.

Díganme que el humo llama,
huele a primicias y a manjares,
hay ruido de corchos liberados
en el aire,
hay ruido de risas
y de voces familiares,
no es recuerdo,
lo oigo, lo huelo, lo veo,
pero es otro domingo,
díganme que es hoy entonces.

Díganme que no es domingo,
es ningún día,
que no camino en un desierto,
ni miro pasar las horas
como si no fueran,
que no espero el mañana
con certeza de muerte,
no me agobia el día en su sopor,
no hay vacío,
ni angustia,
ni suicidas del calendario
prestos en las terrazas,
ni pérdidas ni azotes del tiempo
en la memoria congelada.

Simplemente
díganme que hoy no es domingo,
que es sólo hoy,
una anónima jornada
sin nombre,
el día que viene después de ayer.




A.L.
Pilar, domingo 18 de noviembre de 2007, 12.08 hs.
Poco antes de empezar a corregir.