viernes, 2 de enero de 2009

Colonia del Sacramento



Fui exiliado de año nuevo,
desde la otra orilla,
bajo el mismo cielo,
frente a los fuegos
distantes del festejo.


Refugiado por un rato en tus arenas
ví al sol durmiéndose en mi aldea,
ví a la noche nacer con aplausos de alegría,
ciudad que mira al río nunca llora las partidas.



Los siglos duermen la siesta
en tus enredaderas,
la luz se derrama en tus rejas;
la Plaza de toros desierta,
los muros, el faro y las puertas
custodian la ausencia
que dejan las huellas,
de esclavos, piratas y reinas,
y en tus calles de piedra,
los suspiros antiguos
esconden sus pellejos
a las nuevas miradas ajenas.
A.L. II-I-MMIX
Pilar, 13.20 hs
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