Carlos Gardel diría "no me lloren, crezcan", aunque confieso que dudo de la autoría, a falta de mayores datos. Lo cierto es que en este caso hago mías las palabras del Zorzal Criollo, aunque sea sólo para decir que no voy a dar tiempo ni a llorar ni a crecer, ya que volveré en un par de semanas, aunque no me voy a ninguna parte: simplemente me "encierro" a corregir. Sé que el mundo será el mismo sin mí, y la vida universal continuará, pero nunca falta quien se preocupa por las ausencias.
Pero si alguno pensaba que se iba a librar fácilmente de mí, pues no, pasaré, pasaré por vuestros blogs para despejar por un rato mi mente y ver en qué andan, leeré comentarios furtivamente, entre examen y examen, entre monografía y monografía, pero lo haré en silencio, los saludaré desde la ventana, ya que si me quedo, ustedes saben que no soy breve, me ofrecen un vaso de agua o unos mates, y no me voy más. Y para colmo, hablo hasta por los codos, para qué negarlo. Pero es claro que uno también necesita el refresco de la palabra ajena, por eso, pasearé en silencio por vuestra ventana. Sólo véanme pasar, si lo desean, como a un fantasma de la siesta, que una tarde cualquiera vuelve a despertar.
Y en cuanto a esta entrada, está condenada a la extinción, ya que es un mero cartelito. Quienes quieran dejar comentario, péguense una vuelta por acá abajo, en "Acuarela" o donde quieran. Créanme que serán bienvenidos, respetando este voto de silencio. Serán un auténtico recreo, o caso contrario, sabré entender que quieran descansar, por qué no, de mí.
Un gran abrazo para todos de este fantasma siestero, de este Goliardo en clausura momentánea.